Materiales para construcción del México prehispánico

Las zonas arqueológicas que se conservan del periodo prehispánico en el Valle de México, nos permiten dimensionar la magnificencia y el esplendor del que alguna vez gozaron las civilizaciones que habitaron nuestro territorio hace cientos de años, antes de la llegada de los españoles y su consecuente influencia de tradición occidental.

Mucho se ha hablado acerca de la zonas arqueológicas que, por fortuna, en pleno siglo XXI podemos seguir visitando, sin embargo, ha sido poco el énfasis puesto en la complejidad arquitectónica de estos recintos, e incluso menos se ha hablado de los materiales que nuestros antepasados incorporaron en sus construcciones, que contienen la resistencia suficiente para hacer frente al paso del tiempo y a los fenómenos naturales, como los sismos, tan habituales en la Ciudad de México y sus alrededores.

Las construcciones a las que tenemos acceso nos han brindado elementos muy valiosos para entender la importancia del legado cultural prehispánico. En el ámbito de la construcción podemos destacar la selección y tratamiento de ciertos recursos naturales para la edificación de las ciudades. Los teotihuacanos, por ejemplo, aprovecharon los recursos disponibles que tenían a su alrededor, como la piedra caliza y la obsidiana para dar forma a sus centros ceremoniales.

A continuación haremos un breve recorrido por los dos materiales más representativos de las construcciones prehispánicas.

El adobe.

La lista no estaría completa sin mencionar la importancia del adobe, pues aún hoy numerosas construcciones están hechas a base de este noble material. El adobe ha sido usado en las más diversas regiones, por lo tanto, es complicado nombrar con exactitud qué es, pues su composición puede cambiar según la región, no obstante, de manera general podríamos decir que es una mezcla de elementos inorgánicos y orgánicos obtenidos del suelo.

Algunos de los ingredientes que puede contener el adobe son la arcilla, arena, limo, vidrio volcánico, cuarzo, ópalo y rocas.

La piedra caliza.

Es un material que podemos encontrar en la directamente en la naturaleza, gracias a formaciones que ocurrieron hace miles de años.

Las culturas prehispánicas tenían un gran conocimiento sobre el uso de la piedra caliza, la cual transformaban en cal al calentarla en grandes hornos, y para la producción de estuco, con el cual recubrían sus edificaciones. Hoy en día aún es posible observar el uso del estuco como recubrimiento en algunas zonas del sitio arqueológico de Teotihuacán.

Reflexiones.

A pesar de que muchas de las construcciones fueron destruidas en la época colonial, los vestigios a los que tenemos acceso nos permiten inferir que los habitantes del Valle de México tenían un gran conocimiento de sus recursos naturales, además de la técnica necesaria para aplicarla a la estructura de sus construcciones, que gozan de una alta calidad, envidiable incluso para la tecnología con la que contamos hoy en día.

La recuperación del conocimiento ancestral representa una gran oportunidad para ampliar nuestro panorama, no sólo en el ámbito de la construcción, sino en todas las áreas de la vida cotidiana. Sin duda, el bagaje cultural prehispánico que podemos incorporar a nuestras vidas es inmenso, y sus beneficios van desde el mejoramiento de procesos, la elección de nuevos materiales, hasta la adopción de nuevas formas de pensamiento, integradas a una cosmovisión global.